Vale le la pena destacar el significado de recientes actos y propuestas educativas en consonancia con la especial atmósfera que rodea la celebración del Bicentenario de la Independencia. Así, el lanzamiento del programa Compromiso por la Educación, en palabras del representante del Movimiento Popular Neuquino Omar Gutiérrez, estuvo destinado a fortalecer el desarrollo del proceso educativo en el país. En ese marco, también Felipe Ríos, ministro de Educación de San Juan, había aludido a la puesta en marcha de un programa que habrá de involucrar a todas las provincias y que implicará la extensión gradual de los horarios de clases en la escuela media.
Simultáneamte el CONSEJO PUBLICITARIO ARGENTINO (http://consejopublicitario.org), prestigiosa institución que agrupa a anunciantes, investigadores de mercado, medios y empresas, lanzó recientemente una nueva y oportuna campaña de bien público cuyo objetivo es que la sociedad asuma el compromiso de dar a la educación el lugar que merece. Con el título de "#PrimeroEducación"(www.primeroeducacion.org.ar), las piezas reflejan de un modo simple que los problemas cotidianos están atados a la falta de educación y formación, en palabras de Juan Álzaga, miembro del Comité Ejecutivo del Consejo y director de la Comisión de Educación de esa entidad con más de medio siglo de exitoso trabajo.
La actual campaña comenzó a gestarse en 2013 y se lanza tras el anuncio del mencionado programa Compromiso por la Educación, cuya aspiración más alta es ubicar los problemas de la enseñanza "en la agenda de todos los argentinos" y crear de ese modo "espacios de diálogo". Las imágenes de un dominó en caída sirven para sintetizar creativamente el eje de la campaña: "Si no mejoramos la educación, todo se derrumba".
No podemos demorar más. La situación es tal que
deberíamos estar en emergencia educacional y fijar como política de Estado que
todos, incluidos los partidos políticos, apoyen sin reservas las soluciones
claras que nos saquen del estancamiento. Cada argentino debe asumir un mayor
grado de compromiso. Los bajos rendimientos escolares, con altos índices de
abandono, se reflejan con matices según los contextos y las provincias. Las
pruebas PISA señalan a la Argentina como el país con mayores desigualdades
educativas. Se suma a esto que la mitad de los adolescentes no completan el
secundario y los índices de repitencia superan lo deseado.
De cara al tiempo que vendrá, las respuestas no pueden demorarse. La deserción limita las posibilidades de encontrar trabajo y reduce los horizontes de vida de los jóvenes. Padres, docentes, los distintos ámbitos de la dirigencia, todos deben apostar a mejorar la educación. La palabra "argentinos" contiene exactamente las mismas letras que se necesitan para escribir "ignorantes". De todos dependerá ordenar debidamente las prioridades para que el futuro sea el que deseamos.
DIARIO LA NACION - EDITORIAL 27 DE JULIO DE 2016
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