Página 12 - 28 de febrero de 2017 | Sociedad
UN PROYECTO
CONTRA LOS ANUNCIOS DIRIGIDOS A LA MUJER, EN VISTA AL PARO INTERNACIONAL DEL
8-M
Intervención
a la publicidad de género
El
Colectivo Ni Una Menos impulsa, junto al Proyecto Squatters, una serie de
acciones contra las desigualdades de género expresadas en los avisos
publicitarios, con vistas al Paro Internacional de Mujeres. Los anuncios son
modificados con textos o en las imágenes.
El anuncio
sobre belleza femenina y la otra cara, la mujer golpeada y las justificaciones
machistas que sostienen la violencia.
Por Mariana Carbajal
Una campaña
con publicidades de grandes marcas intervenidas para subvertir sus mensajes se
viralizó ayer en redes sociales. La movida, impulsada desde el Colectivo Ni Una
Menos junto al Proyecto Squatters, forma parte de las acciones en torno a la
convocatoria al paro internacional de mujeres del 8 de marzo, y apunta a
visibilizar las desigualdades que afectan a las mujeres en relación a las
tareas domésticas y de cuidados y al uso de su tiempo para el ocio, además de
los discursos machistas que culpabilizan a las víctimas de femicidio. “Buscamos
dar un pinchazo para despertar del sopor en el que te mete el discurso
publicitario, que muestra un mensaje libre de conflictos”, destacó en diálogo
con PáginaI12 Daniela, integrante del Proyecto Squatters, una iniciativa con
fuerte impronta educativa y una mirada crítica y política sobre la publicidad.
“Cortá con
los mandatos machistas” dicen, cuando imponen una “receta”.
En el aviso
gráfico de una empresa prepaga se ve a una mujer con un bebé en sus brazos en
una escena que refiere a una consulta médica con la pediatra de su hijo. “45
años cuidando generaciones”, dice la publicidad. Después de pasar por las manos
de Proyecto Squatters y NiUnaMenos el mensaje es otro, bien distinto, aunque la
foto sea la misma. Se ve un globito de diálogo sobre la mamá, que dice: “El
papá no puede venir…”. El slogan tampoco es igual. Ahora se lee: “Te esperan 45
años cuidando a la familia” y se agrega uno de los motivos de la convocatoria a
la histórica huelga de mujeres, que enlazará a más de treinta países en el
mundo: #Para que las tareas de cuidado sean una responsabilidad
compartida.
“Reclamamos
nuestro derecho al ocio”, dice la intervención del aviso de champagne.
La pieza es
una de las seis publicidades que empezaron a replicarse ayer en redes sociales
camino al 8M (ver fotos aparte). “Uno de los objetivos que nos propusieron
desde el Colectivo Ni Una Menos fue visibilizar el trabajo no remunerado, que
le toca a la mujer mayoritariamente, le guste o no”, explicó Daniela. Como los
demás miembros de Proyecto Squatters prefieren usar sus nombres de pila, sin
develar sus apellidos. La mayoría son mujeres, pero uno de sus ideólogos es
Julián, quien trabajó tiempo atrás en el mundo publicitario y que luego conoció
los movimientos de contrapublicidad en Europa. En 2008, de regreso al país,
armó Proyecto Squatters, al no encontrar espacios de activismo de esas
características en el país. El tema de género los convoca. En febrero varios
“squatters” estuvieron en Mar del Plata, en el Faro de la Memoria, para dar un
taller sobre publicidad y género en el que participaron compañeros y compañeras
de Lucía Pérez, la joven violada, drogada y empalada en esa ciudad el año
pasado, cuyo brutal femicidio derivó en la convocatoria del primer paro
nacional de mujeres el 19 de octubre. También hicieron acciones en la Marcha de
las Putas, en Buenos Aires.
Una imagen
de la #Sororidad, la hermandad entre mujeres.
“Hay un
acoso publicitario que está invisibilizado y trasmite mensaje constantemente a
las mujeres, cómo tenemos que estar vestidas, cómo tenemos que ser, cómo
tenemos que responder, nos bombardean con convenciones sociales que se van
incorporando sobre todos”, señaló Analía. Es docente especializada en educación
sexual integral. Hace varios años forma parte del Proyecto Squatters y también
trabajó en la campaña para el Paro internacional de mujeres. Una de las
publicidades que intervinieron muestra a tres “super modelos”, la brasileña
Isabell Fontana, de 33 años, la rusa Natasha Poly, de 31 y la alemana Tatijana
Patitz, de 50. “¿No sabés que anti-arrugas usar a tu edad?”, dice la pieza
gráfica. La pregunta desaparece en la publicidad intervenida. Ya no habla de la
tiranía de la belleza. Ahora destaca la palabra “Sororidad”, tan propia de los
feminismos, que deriva de la hermandad entre mujeres. Otras de las publicidades
son de Falabella, champagne Chandon, ropa interior femenina y electrodomésticos
para la cocina.
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