Comunicar no es informar o notificar. La comunicación implica esperar una respuesta y motivarla. Es hacer común lo propio. Es diálogo. Implica dar a conocer algo con un sentido. En la comunicación, están comprometidos los sentimientos, las emociones y no sólo el proceso intelectual (la razón) de encodificación (creación) del mensaje.
El espíritu y la mente se unen en la comunicación para persuadir y -sin importar los códigos y símbolos- significar. Comunicar, conlleva esperar las reacciones del otro y tomarlas en cuenta para adecuar el contenido del proceso, siempre dinámico y abierto, y obrar en consecuencia. Decir / dar/entregarse e interpretar las acciones del receptor: un sujeto activo, tan activo como el promotor de la comunicación.
Cuerpo y alma, cultura y educación, información y personalidad, costumbres y valores, habilidades y torpezas, gestualidad e imagen…todo intervendrá en el acto de comunicar.
Claridad en la construcción de una frase, precisión en el empleo de un término, limpieza en la creación y uso de un ícono, fluidez en el habla, etc., todo hará que un mensaje llegue al destinatario de un modo singular, dependiendo, además, del canal o soporte tecnológico que se seleccione para hacer contacto con el o los receptores, su arribo y efectos. Efectos que podrán ser distintos, a su vez, de acuerdo a las características personales del que descifrará el mensaje…
MENUDA TAREA LA DE COMUNICAR EN FORMA INEQUIVOCA.
GUSTAVO D´ORAZIO
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