1.
Contexto: Si
el anuncio no responde a algunas cuestiones esenciales no funcionará, podemos resumirlas
en las cinco preguntas básicas que debe hacerse todo comunicador: qué,
quién, cuándo, dónde y cómo. Antes de desarrollar o analizar cualquier
mensaje publicitario deberíamos cerciorarnos de poder responder a estas
preguntas. Obviamente se puede responder a muchas de ellas a través de la
imagen y el diseño, sin decir una palabra.
2.
Descripción:
Antes de profundizar en el sentido del anuncio deberíamos limitarnos a
describirlo, desentrañando cada elemento que compone el mismo:
·
Describir
lo que vemos
·
Qué
tipo de imágenes utiliza: fotografía, ilustración…
·
Principios
básicos del diseño: Unidad, armonía, secuencia énfasis, contraste y equilibrio.
·
Colores
y texturas
·
Formato
·
Textos
y tipografías
·
Producto
y logotipo
·
Medio
en el que aparece
Todas estas
cuestiones serán fácilmente analizables para cualquier diseñador con un poco de
experiencia. No se trata de buscar significados, en este punto sólo buscamos
hacernos una idea general de la composición, la técnica y el formato escogido.
3.
Significado: Después de conocer el contexto y describir los aspectos técnicos, viene
la parte más compleja qué consiste en encontrar la esencia del anuncio, lo que
intenta trasmitirnos. Para ello puede ayudarnos tener en cuenta determinados
aspectos:
·
¿A
quién va dirigido el anuncio?
¿Qué idea
intenta trasmitir y cual trasmite?
·
¿Cuáles
son los valores que muestra?
¿Cómo apoya el aspecto visual a la trasmisión
del mensaje?
·
¿Apela
a lo emocional o es descriptivo?
·
¿Qué
aspectos subliminales esconde?
Respondiendo
a estas preguntas se puede llegar a una idea más o menos clara de las
intenciones del anunciante y el equipo creativo, lógicamente habrá que
plantearse después si han logrado sus objetivos.
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